hondo, y calmadamente le añadió un poco de crema y azúcar. Como no deseaba violar ninguna regla de etiqueta, el visitante siguió el ejemplo del comandante en jefe: derramó parte de su café en su platillo, y le añadió crema y azúcar. Luego esperó que el presidente hiciera su próxima movida. Se horrorizó cuando vio poner el platillo en el suelo para el gato. Nadie informó qué hizo el visitante después. SU INFLUENCIA NO ES IGUAL CON TODAS LAS PERSONAS La influencia es algo curioso. Aunque impactamos
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